sábado, 2 de diciembre de 2006

GEORGINA KESSEL MARTÍNEZ


Este mensaje es para que se añadan comentarios respecto a Georgina Kessel, secretaria de energía del dictador Felipe Calderón, en el que se denuncien sus corruptelas, raterías, abusos, arbitrariedades, etc, desde el pasado y hasta la fecha.

Por favor usa el sistema de comentarios para poner información de notas de prensa (con un link a la nota en internet) y todo tipo de información de denuncia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.uacm.edu.mx/docsucm/articulosucm3.html

Ocho familias controlan el mercado nacional de Gas L.P.

México es el principal consumidor de gas LP a nivel mundial, en el sector residencial, con un consumo anual per cápita de 83 kilogramos, mientras que el promedio mundial es de 17 kg. El tamaño del mercado nacional de este energético se estima en 7,100 millones de dólares. Sin embargo, la distribución del hidrocarburo tiene una alta concentración de distribuidores, que si se revisa con detalle se llega a la conclusión que el mercado nacional está controlado por ocho familias, aún cuando las empresas tengan diferentes razones sociales.

Así lo informó el maestro Gerardo Oseguera, investigador del Programa de Energía de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, quien aseveró que “los monopolios y los oligopolios tienden a apropiarse del excedente de los consumidores, ya que son ellos los que fijan los precios, además de que generan una pérdida social irrecuperable; esto es exactamente lo que esta pasando en el mercado mexicano de gas LP”.

Aunque el precio al consumidor final está regulado, el académico planteó que al observar una serie de precios se hace evidente una tendencia de aumentar el precio al consumidor final.

Informó que durante la actual administración federal el precio del gas LP subió en 100 por ciento, mientras que el salario mínimo aumentó 20 por ciento, en detrimento del 85 por ciento de los hogares mexicanos que consumen este energético. “Los 19 millones de hogares que consumen gas LP pagaban un precio de 4.89 pesos por kilogramo en 2001, mientras que hoy pagan 9.72 pesos por la misma cantidad, lo cual representa un incremento de 99.78 por ciento. En contraparte, el incremento al salario mínimo solo pasó de 40.35 a 48.67 pesos”, apuntó.

Por otro lado, refirió que existen presiones hacia el gobierno federal y el poder legislativo por parte de las empresas distribuidoras, para que haya una apertura en la distribución del gas LP, a fin de que el precio se fije por la ley de la oferta y la demanda. “Esta situación provocará mayores aumentos a los que de por sí se están dando en el país”, advirtió.

Según el investigador, el impacto es mayor más a las familias que ganan menos. “Por ejemplo, un tanque de gas de 20 kilogramos costaba hace cinco años 98.80 pesos, mientras que ahora las familias desembolsan 180 pesos. Es decir que una familia que gana salario mínimo compraba un tanque con 2.4 días de trabajo hace 5 años, mientras que ahora necesita 3.7 días de trabajo”. Además, entre menor sea el ingreso de una familia, mayor proporción de su gasto se hace en el gas LP, por lo que el aumento de precios al consumidor final se hace todavía más regresivo y socialmente sensible.

El analista urgió a que la instancia federal que regula a los mercados monopólicos, es decir la Comisión Federal de Competencia Económica, revise cuidadosamente la alta concentración en el mercado de gas LP, hecho que incide directamente en los precios al consumidor y su pérdida de bienestar.

Finalmente comentó que la política energética nacional debe estar centrada, entre otras cosas, en el impulso al uso masivo de calentadores solares planos, “que es una tecnología por demás probada y que presenta una factibilidad técnica y económica favorable”. Según expertos en energía solar de la UACM, una azotea de 100 m2 en la Ciudad de México recibe diariamente una cantidad de energía solar equivalente al contenido de 40 kilogramos de gas LP.

“Existen en el país un número considerable de empresas que fabrican estos sistemas, y el impulso a estas fuentes sustitutas del gas LP fomentaría el desarrollo de empresas mexicanas con base tecnológica, contribuiría a mejorar el medio ambiente, al reducir emisiones de hidrocarburos no quemados, dióxido de carbono y otros contaminantes y además reduciría el poder oligopólico de las empresas gaseras.”