sábado, 2 de diciembre de 2006

MEDIOS VENDIDOS

Este mensaje es para que se añadan comentarios respecto a los medios, comentaristas, locutores, o columnistas que apoyaron la imposición del dictador Felipe Calderón por medio del fraude electoral. Aquí se denuncian sus servilismos con el PRIAN.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

LA CRONICA DE UN DESPIDO

La Crónica de un despido

por Luis Miguel Carriedo

Luego de que Julio Chávez, editor de la revista etcétera, publicara un artículo en el que cuestionó la tendencia reverencial del periódico La Crónica de Hoy hacia la diputada priista Elba Esther Gordillo, Pablo Hiriart, director del diario, como represalia despidió al director de etcétera, Marco Levario, quien hasta los primeros días de enero colaboraba como articulista en el periódico.

En su artículo Chávez exlicó como ejemplo el apoyo desmedido que La Crónica brinda a la diputada, particularmente durante el conflicto interno en el PRI, el cual terminó con la destitución de Gordillo como coordinadora de bancada en San Lázaro:

“Mientras el 28 de noviembre La Jornada y El Independiente titulan, respectivamente, sus ediciones: ‘Elba Esther, repudiada’ y ‘Repudian a Gordillo; se fractura el PRI’, Crónica publicaba en primera plana, pero en la parte inferior: ‘Fracasa intento para destituir a Elba Esther’” (etcétera, enero 2004).

La tarde del 5 de enero, Levario recibió un fax: “Marco, el periódico al que desprecias ya no requiere tus servicios. Saludos. Pablo”. Así, el enojo de Hiriart por el ejercicio periodístico de Chávez encontró alivio.

– En un fax el director de Crónica te dice que estás despedido ¿Así fue?

– Así fue, en 12 palabras más o menos (...) desconcertado naturalmente primero lo busqué por teléfono, no lo encontré, creo que cualquier colaborador merece una explicación sobre estas decisiones, en las que por supuesto está en su derecho el director.

“Le envié una carta, la contesta y publica las dos cartas en La Crónica, una, la mía, en donde al pedirle explicaciones le comento que en etcétera hemos tratado de hacer una valoración equilibrada de los aportes periodísticos de los medios y entre ellos los indudables aportes periodísticos de La Crónica, así como una preocupante tendencia del diario hacia el periodismo de filias que particularmente en relación con Elba Esther Gordillo ha significado en no pocas ocasiones la distorsión de la información”.

En la respuesta de Hiriart, su argumento para el despido fue que lo publicado en etcétera “no fue una crítica, sino una agresión (...) Me reprochas no haber dado una respuesta a la revista que diriges y en la cual se nos ataca. Calma, Marcos, etcétera es mensual y apenas estamos a 8 de enero”, pero la réplica nunca llegó.

– ¿Cómo van a manejar en etcétera el tema de tu despido?

– Me puse de acuerdo con el editor para que mencione en un párrafo lo que ocurrió, no vamos a reproducir las cartas ni nada de eso. Subrayaremos que esperamos el texto implícito de Pablo Hiriart que dijo entregaría y desafortunadamente no lo entregó. Resolvimos entrevistar a Jorge Kahwagi (el boxeador), quien también es dueño de La Crónica. El socio del diario dice que admira entre los presidentes a Gustavo Díaz Ordaz; no sabe qué es Greenpeace y qué hace; admira a Elba Esther Gordillo... y es coordinador de la bancada del PVEM en la Cámara de Diputados”.

Diferencias
– ¿Hubo algún problema con Pablo Hiriart antes del artículo de Julio Chávez?

– Desafortunadamente la ausencia de explicación de Pablo no me deja otra cosa más que especular, y hubo dos diferencias: la primera tiene que ver con la relación de La Crónica en torno a la información de Elba Esther Gordillo, y la segunda fue que en etcétera publicamos una entrevista con Guillermo Velasco, vocero de Marta Sahagún, dos semanas antes de mi despido. El diario publicó una columna que firma un seudónimo que se llama “Pepe Grillo”, donde consideró que etcétera había mostrado (en aquella entrevista) a un gran comunicador y a un eficiente comunicador. Le mandé un mail a Pablo para comentarle que tenía una opinión distinta a la del señor “Grillo” y en consecuencia que la iba a expresar en La Crónica, cosa que hice”.

“Hace poco me enteré, por ejemplo, cuando en la segunda etapa de salida de La Crónica iba a entrar a El Economista, incluso hablé con Luis Enrique Mercado, Pablo Hiriart se comunicó con Luis Enrique para que no me contratara y Mercado nunca me volvió a tomar la llamada sobre un compromiso establecido de una serie de colaboraciones mías; en fin, eso es Pablo, así se retrata”.


– ¿Cuánto tiempo tenías colaborando?

– Exactamente 31 semanas, claro que desde que empezó el proyecto escribí, digamos hay tres etapas: la primera, justamente por las diferencias que tenía con La Crónica en relación con su acendrada y muchas veces, digamos, desconsiderada crítica al gobierno del DF en aquél entonces Cuauhtémoc Cárdenas, yo resolví salir; una segunda, me integro a invitación de Pablo, en ese entonces estaba escribiendo en el periódico Milenio, regreso a escribir en La Crónica y poco después el diario resuelve un formato distinto en donde a los colaboradores que entregábamos 800 palabras nos piden 400, no más. Me despedí con 400 palabras y hasta luego.

“La Crónica vuelve a cambiar su formato y le pido a Pablo Hiriart mi reincorporación en el periódico y él la acepta, pidiéndome por cierto que no escribiera ahí en el periódico aludiendo a La Crónica, aunque si lo hiciera, dijo, no habría mayor problema. ¡Se le olvidó!, se le olvidó muy rápido (...) de la misma forma que dejé de colaborar en un diario que no me gustó; creo que Pablo ejerció su derecho para despedir a un colaborador que no le gustó”.

– ¿ Qué no le gustó, lo que publicó en otro medio...?

– Así es.

Periodismo de filias
– ¿El artículo de la polémica “La Crónica apoya a Elba Esther” fue iniciativa de Julio Chávez o acuerdo editorial para el tema?

– El director es responsable de lo que se publica y proyecta, sin duda intencio-nalidades editoriales (...) en la mesa de redacción platicamos de un fenómeno inédito en el país que tiene que ver con el resurgimiento, pero en esta ocasión generalizado, del periodismo de filias; esa ha sido toda la oferta de etcétera. Cuando hablamos de Reforma y la difusión de que el cardenal de Guadalajara estaba siendo investigado, aludimos a un periodismo de filias; cuando comentamos de La Jornada en relación con la información que presenta del EZLN en deterioro de la noticia, lo hicimos; encontramos La Crónica y también lo señalamos.

– ¿Platicaste con Pablo Hiriart antes, cuando fue tu primera separación de La Crónica, sobre esta situación de golpeteo excesivo al gobierno del DF?

– Lo hice en la primera de las tres etapas; la última ocasión (el despido), no lo hice porque debo ser respetuoso de la oferta editorial que ha hecho La Crónica, respetuoso pero no falto de crítica.

– ¿Qué dijo Hiriart aquella vez sobre el golpeteo al GDF?

– Él lo aceptó.

– ¿Qué argumentaba?

– Que se necesitaban contrapesos.

– Es decir que ¿es una lógica de La Crónica?

– Con la que no coincido; no estoy de acuerdo con el periodismo de filias ni de facción (...). Piensa que el periodismo se ejerce también para lograr equilibrios entre los actores políticos o eso pensaba en aquel entonces, y yo pienso que no.

– ¿Fue cuando te hizo esa observación que saliste la primera vez?

– Así es.

– ¿Notaste algún cambio cuando te reincorporaste?

– Creo que sí, La Crónica empezó a entender los excesos en los que incurria; hay un período, sobre todo del 2001 al 2002, cuando comienza a alejarse de ese tipo de periodismo, y con una regularidad en éxitos periodísticos importantes que logró, por cierto al respecto escribió Julio Chávez en etcétera, eso obviamente no le molestó a Pablo, pero nosotros no lo difundimos ni como una agresión ni como una canonjía.

Desafortunadamente todavía los reflejos de antaño se dan en el sentido de considerar que un texto es un golpe o un texto favorable a alguien entonces busca una grilla siniestra.

– ¿Hay algún referente que te haga suponer que esa es la lectura de Hiriart; que hay una grilla detrás, hay algo más en esa publicación?

– Incluso considera que etcétera podría estar haciéndole el juego a Andrés Manuel López Obrador, pero esto es, insisto, el terreno de la especulación ante la ausencia de explicaciones.

– ¿Dice AMLO que La Crónica es el periódico de Carlos Salinas?

– Creo que a un medio hay que valorarlo por lo que ofrece y el dueño que sea; mientras no incurra en violaciones a la ley, no hay mayor problema (...) Se dice que el propietario (de La Crónica) es Jorge Kahwagi y tiendo a creerlo; ahora que notoriamente el director (Pablo Hiriart) tiene una simpatía por Carlos Salinas, bueno, hace como tres meses el iba caminando y se “encontró a Carlos Salinas de Gortari”, digo, cada quien podrá creerle o no si se lo encontró.


– ¿Te vas triste?

– Cuando uno pierde un espacio para expresar ideas no puede dejar de sentirse triste, pero no me siento agraviado. Creo que está en su derecho (...) naturalmente esa tristeza tiene que ver con que en el país ocurran estas cosas y con un periodista de la talla de Pablo Hiriart, quien sin duda tiene una trayectoria que no por esta situación se puede considerar como nula”.

– ¿Tenías alguna colaboración pendiente cuando te despidieron?

– La que tenía pendiente la entregué y es como un epitafio, el artículo lo denominé “El imperio de la censura”, fue el último que publiqué en La Crónica.

FUENTE: Periódico Zócalo y Sendero del Peje